Como alguien que ha tenido el compromiso de trabajar toda su vida en la Luz de los Registros Akáshicos, siento una profunda aversión por la desesperación. Pero en nuestro mundo cada vez más complicado y cambiante, el espectro de la desesperación está innegablemente presente en nuestras propias vidas y en las vidas de quienes amamos.
He llegado a comprender que, si existe un Diablo, está vivo y coleando en el corazón de la desesperación. En pocas palabras, la desesperación es el Diablo, y el Diablo es la desesperación. Nunca antes había escrito sobre el Diablo, pero esta conexión entre la desesperación y el Diablo merece un análisis en el contexto del mundo en el que vivimos hoy.
La verdad es que he pasado la mayor parte de mi vida negando la existencia del Diablo o la personificación del mal, pero en estos tiempos de dramática convulsión y destrucción de las formas de vida conocidas en los Estados Unidos, parece que ha llegado el momento de reconsiderar mis viejas ideas sobre el Diablo.
Una dolorosa realidad de la vida es la disonancia entre la oscuridad y la luz. Entiendo esta confusión. ¿Cómo es posible que estemos viviendo en tiempos de posibilidades sin precedentes, opciones ilimitadas, amplia gama de alternativas y, sin embargo, al mismo tiempo, con frecuencia nos sintamos confundidos, inseguros, asustados y, a veces, hasta presas de la desesperación?
¿Y cómo es posible que nuestro hermoso mundo de amor y luz pueda ser secuestrado por una marea creciente de celos, codicia, prejuicio, miedo y odio? Esta negatividad tiene la capacidad de dañar nuestra propia alma, extinguiendo nuestra experiencia de luz y nuestra fuerza vital.
Siento esto profundamente en mi corazón y con todo mi ser, y espero que te unas a mí para enfrentar de frente a este Diablo de la desesperación y aniquilarlo.
El amor y la luz son inminentes e infinitos, radiantes y magnéticos, imperturbables, eternos y puros. La iluminación y la compasión se entrelazan para sostener la estructura de nuestro ser personal y unificar el tapiz de la familia humana. Esta conciencia tiene el potencial de catapultarnos de la desesperación a la aceptación, y de la aceptación a la acción apropiada. Determina nuestra relación con las personas, los acontecimientos y las condiciones, y nos da poder para la inspiración y la resiliencia.
En épocas de caos y cambios emocionales, las energías más densas y lentas que se expresan como tristeza, miedo, desesperación, resentimiento, ira y frustración se transmutan en los Registros Akáshicos en energías más altas y rápidas que se expresan como felicidad, satisfacción, libertad y alegría. Al estar presente en los Registros, incluso si estás leyendo para otra persona, puedes experimentar ese cambio.
Por lo tanto, si antes de abrir los Registros te sientes triste o inseguro acerca de algo, es posible que después de la lectura notes de repente claridad y esperanza. Y si estás confundido acerca de una decisión inminente, es posible que de repente sepas qué hacer a la luz de los Registros Akáshicos.
Al aceptar la humildad, crecemos en la conciencia de la realidad de nuestro ser y en la evaluación precisa del hecho de que somos almas infinitas que viven vidas humanas finitas. La aceptación de este simple hecho nos libera de la presión de ser más grandes de lo que realmente somos y también de la desesperación por ser menos de lo que tememos ser. Reconocemos que somos limitados en algunos aspectos y también ilimitados en otros, y maduramos en un sentido apropiado de nuestra relación con la vida.
En última instancia, esto nos permite hacer el mejor uso de quiénes somos, dados nuestros recursos naturales.
Una de mis citas favoritas, atribuida a John Wesley, deja claro que podemos literalmente eliminar la desesperación viviendo una vida plenamente consciente:
Haz todo el bien que puedas,
Por todos los medios que puedas,
De todas las formas que puedas,
En todos los lugares que puedas,
En todo momento que puedas,
A todas las personas que puedas,
Mientras puedas.
Especialmente en estos tiempos, hay un trabajo importante que cada uno de nosotros debe realizar, y me siento honrado y privilegiado de estar aquí con ustedes, contrarrestando la desesperación con luz y amor akáshicos.