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En cada etapa del viaje, me encontré inesperadamente con una calidad de luz exquisita que llegué a conocer como Grace. No para disminuir su elegancia excepcional, pero ha sido un polvo de hadas espiritual en mi vida, aportando bondad a todo lo que toca. Familiar para todos nosotros, aunque invisible al ojo físico, la gracia es una cualidad que se describe mejor como misericordiosa, generosa, sensible y brillante, pero sin pretensiones.  

Hay momentos en nuestras vidas cuando nos sentimos impotentes y sin esperanza, y es exactamente cuando la Gracia viene al rescate para mantenernos firmes en la Luz. Sé que la participación en una guerra internacional, una pandemia, el colapso de instituciones establecidas, fracturas aparentemente irreparables en relaciones amorosas duraderas y trastornos de todo tipo no estaban en la "lista de cosas por hacer" de ninguno de nosotros. Sin embargo, aquí estamos. Enfrentar nuestros peores miedos, o peor aún, no enfrentar nuestros antiguos resentimientos y profundas angustias y confusiones. Hay una manera de proceder a través de este pantano, activando nuestra conexión consciente con la gracia espiritual. 

La gracia está en todas partes, siempre. Nuestro papel es contemplarlo, y no preocuparnos por fabricar o fortalecer la Gracia; ya existe en completa integridad. Grace necesita un testigo, ese es nuestro trabajo. Nuestra responsabilidad es buscarla, volvernos sensibles a las cualidades de elegancia, refinamiento, sensibilidad, precisión y detalle y luego honrarlas, simplemente dirigiendo nuestra atención a la presencia de la Gracia. Nuestro papel es reconocer a Grace lo mejor que podamos en cualquier momento dado.  

Mi próxima realización asombrosa me llegó informándome que la Luz hace todo el trabajo necesario. No necesitamos dirigir, dictar, guiar o manipular la Luz. Se puede confiar en que la Luz, en su infinita sabiduría, tomará la iniciativa en todos los asuntos, espirituales y temporales. 

El universo generosamente proporciona gracia, en todas partes, en todo momento, sin importar las circunstancias. El único requisito para el acceso es la conciencia, que puede desarrollarse a través de una práctica sistemática y deliberada de prestar atención.

Piensa en esto como una práctica espiritual poderosa y efectiva. Dirige tus pensamientos para buscar y encontrar la gracia... y lo harás. No como un evento singular, sino como un proceso continuo y de empoderamiento. Al hacerlo, aumenta nuestra conciencia de la Gracia, seguida pronto por experiencias de apoyo e inspiración por esta vibración sagrada. Un gran privilegio de tu viaje espiritual consciente es entrenarte para reconocer la presencia infinita y las bendiciones de la Gracia. ¡Una vez notada, Grace cobra vida e irradia su luz! 

Considere esta su invitación personal: permanecer en la conciencia de su relación infinita y eterna con la Gracia, tal como la entiende en este momento. Sé gentil. Permítete ser infundido e inspirado con la luz de la Gracia para tu propia elevación y luego, el enriquecimiento de todos los que encuentres.

Despertar a la presencia de la Gracia en tu vida y fusionarte conscientemente con ella te transformará en un elegante agente de la Luz de la Gracia. Tú serás quien nos rocíe a todos con polvo de hadas espiritual, acelerando la Luz latente en todos nosotros. ¡Brillar!