No importa lo largo que sea el invierno, seguro que llegará la primavera.
Mientras escribo esto, el clima invernal todavía nos acompaña en Chicago, pero los días se hacen más largos y el cielo se está transformando de un gris helado a un azul brillante. La Tierra está comenzando a despertar y el nivel general de energía ha alcanzado un nuevo máximo.
Con el despertar vienen los cambios, y con los cambios llega la posibilidad de tomar decisiones que pueden tener consecuencias imprevistas. No los llamo “errores”, porque SIEMPRE tomamos las mejores decisiones posibles basándonos en la información que tenemos disponible en un momento dado. Tomamos decisiones que creemos que son mejores para nosotros y para nuestros seres queridos. Con cada decisión, cada vez, sin falta, nos mantenemos en el camino de nuestra Alma.
Toda la vida es "el camino". Cada elemento, experiencia, desvío, fracaso, callejón sin salida, cada aspecto de la vida es parte integrante del camino. Claro, hay diferentes segmentos del camino; algunos son bastante agradables, otros no tanto. Pero, en verdad, basado en la idea esencial de Unidad, todo es el camino.
No debemos preocuparnos por desviarnos del camino, porque es imposible hacerlo. Y sepamos que a veces nos sentiremos perdidos, confundidos, descarrilados, entre un espectro de otras experiencias incluidas en el camino. Sea gentil y amable consigo mismo y con los demás, y acepte sus propias decisiones y las de los demás como decisiones que fueron las mejores opciones posibles en ese momento.
No podemos abandonar ni desviarnos del camino. Los giros y vueltas son todos parte del viaje sagrado de nuestra vida.