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Nuestra familia global está entrando en una nueva era de Poder y Conciencia, y a medida que nos adentramos en esta hermosa dimensión, recibiremos todo lo que necesitamos para navegar nuestro dramático y maravilloso tiempo de crecimiento y cambio.

En nuestra historia ha habido épocas de cambios radicales que movilizaron los corazones y las mentes de todos los habitantes del planeta al mismo tiempo. La Reforma de la década de 1560 en Europa occidental y las revoluciones de Estados Unidos y Francia entre 1776 y 1789 son dos de las más parecidas en la época moderna. La época en la que vivimos es muy parecida a ellas en muchos aspectos.

Nos encontramos en medio de un proceso de disolución del viejo orden, del orden actual. Toda estructura, institución, organización, dogma, infraestructura que esté podrida, en descomposición, en decadencia y que sea insuficiente para sostener el nuevo nivel de vitalidad que se infunde y experimenta a través de los individuos está condenada a desaparecer.

Por supuesto, el proceso de la muerte puede ser bastante caótico, y la situación actual a nivel mundial es caótica. Es un proceso de dos partes: dejar ir lo que ya no funciona y permitir o estar abierto a nuevos resultados. Permitir que la nueva realidad emerja sin el veneno del miedo y la coerción excesiva que lo acompaña por parte de las personas temerosas y controladoras del planeta. Lo que hagamos ahora, cómo nos gestionemos personalmente, tendrá un impacto significativo en todo el desarrollo y surgimiento.

A nivel mundial, la estructura económica se está retorciendo, la política se está tambaleando, las instituciones religiosas se están fracturando y descomponiendo, las infraestructuras físicas, desde las instituciones educativas hasta los hospitales y las carreteras, están desgastadas y son inadecuadas para sostener el presente y llevarnos hacia el futuro. A medida que nuestra relación con la verdad de nuestra identidad espiritual se alinee adecuadamente, nuestros mundos externos tomarán la forma y la forma correctas.

Sabemos, por la observación de la naturaleza, que todo cambio se produce primero internamente y luego externamente. Por lo tanto, si dejamos de apoyar lo que no queremos o necesitamos y dejamos que esas estructuras se derrumben, tendremos energía para que se revele lo que realmente queremos. Pero nuestro trabajo ahora es decir “no” a lo que no queremos… no un “NO” hostil sino un amable “No, gracias…”. Inténtalo.

Cada área de la vida está sujeta a examen. Aprovecha la oportunidad. Si lo haces de manera consciente, notarás una gran liberación de tu energía personal. Te sentirás mejor. Así de simple.

Finalmente, la humanidad está preparada para entrar en contacto consciente y directo con su propia autoridad espiritual. La humanidad está evolucionando. Los individuos están maduros para asumir más responsabilidad por sí mismos que nunca antes. Las personas están agotadas por el fracaso de su voluntad propia y están abiertas, dispuestas y listas para entregarse a un poder y una sabiduría mayores de los que poseen habitualmente. Esto está sucediendo globalmente en muchos niveles.

A medida que experimentemos una mayor paz y unidad en nuestro interior, trasladaremos esa sensación a nuestras relaciones, a todas ellas, ya sea en el dormitorio o en la sala de reuniones. Ésta es la luz de la transformación. La luz de la revolución espiritual que ya está en marcha.

¡Es un honor y un privilegio para mí compartir este momento tan especial con cada uno de ustedes!