Junio es el mes del Padre. Aprovechemos esta sagrada oportunidad para examinar nuestra comprensión de la paternidad y revisar nuestra conexión consciente con la realidad de la paternidad. Ser padre, ser padre de otros y, por supuesto, de nosotros mismos.
Cada uno de nosotros tiene dentro de sí un “padre interior”, esa parte de nuestro yo más íntimo que siempre está dispuesta a ayudarnos a vivir nuestra vida aquí en la tierra. A medida que llegamos a apreciar y comprender al padre interior, nuestras relaciones con los hombres en nuestras vidas, en todos los niveles, transforman y manifiestan naturalmente su potencial.
A medida que lleguemos a amar, comprender y apreciar a nuestro propio padre interior, llegaremos a amar, comprender y apreciar los aspectos positivos del patriarcado que ha dominado la conciencia global durante algún tiempo. A medida que lleguemos a conocer el valor de nuestro propio padre interior, sacaremos lo mejor que la presencia masculina tiene para ofrecer. Últimamente, el patriarcado no está a la altura de satisfacer las necesidades emergentes de la humanidad, pero ha tenido una presencia positiva durante miles de años. Señalando el momento del cambio.
Reconocemos fácilmente a la madre como la parte de nosotros que ama y consuela incondicionalmente. El padre puede ser más difícil de reconocer y celebrar, y a menudo requiere un poco más de desembalaje emocional. El padre se trata de fuerza, acción, provisión, protección y defensa de nosotros mismos. Un buen padre cuida de sus hijos para que puedan afrontar las tormentas de la vida y hacer realidad sus sueños.
Este mes, aprovechemos la sagrada oportunidad de encontrar al buen padre interior, de dignificar esa parte de nosotros mismos que puede, y lo hará, brindarnos, defendernos y protegernos de manera empoderadora. Renunciemos a las ideas limitantes sobre los hombres en el contexto de la masculinidad tóxica y conozcamos la verdad de que los hombres son buenos y la paternidad es hermosa.
Ahora es el momento ideal para practicar la acción de ser un buen padre con nosotros mismos y con quienes amamos. A medida que dignificamos a nuestro propio padre interior, lo mejor del patriarcado puede surgir en armonía con el matriarcado y con la humanidad entera. La gran oportunidad espiritual aquí es reconocer el valor positivo de lo masculino, para que podamos fusionarnos con lo mejor de él para un mayor equilibrio personal y colectivo.
Para la práctica espiritual de este mes, prueba esto: cuando estés estancado o no sepas qué hacer... ve hacia tu interior, tómate un momento y extiéndete hacia ti mismo. Incluso si no sabes exactamente qué hacer, di “Te ayudaré”. La voluntad de estar ahí para uno mismo de una manera muy tangible es asombrosa y poderosa aquí en la tierra, donde nuestro gran desafío es ser conciencia espiritual en acción.
Pruébalo: “Yo te ayudaré. Puede que no sepa cómo, pero encontraré la manera, encontraremos una solución”. Hay consuelo y fortaleza en estas palabras pronunciadas globalmente por los padres a lo largo de los tiempos. ¡Disfrutar!